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REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Hoy le pido a todos ustedes mis queridos oyentes, seguidores del Padre a través de nuestros Mensajes de Amor inspirados por el Espíritu Santo, unirse a mi para dar gracias por todos los bienes recibidos a través de esta gran obra que hoy cumple 3500 días consecutivos, sin fallar.
Nueve años y medio recibiendo esa luz divina cada mañana que me inspira para escribir estos mensajes de amor, es algo que yo mismo no entiendo, ver como Dios se apodera de la mente, del corazón y de las manos de un ser humano para llevar a miles de corazones por el mundo entero su mensaje, es algo que me asusta, que me emociona, que me deja inmerso en un estado de conmoción interior en el que no se como esto me ha sucedido.
Nunca podía escribir, solo hablar bonito, pero pedía tanto a Dios que me diera el don de su sabiduría divina para poder plasmar a través de mis escritos un poco de lo que Él ponía en mi mente y corazón cada vez que predicaba, hasta que aquella madrugada me despertó el susurró del Espíritu Santo, y me sentó a escribir lo que fue mi primer mensaje de amor, a partir de ahí, no he podido parar.
Dios está tocando la puerta de los corazones de innumerables personas que se encuentran en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Aruba, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Chequia, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, Costa Rica, Curazao, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos con varios de sus estados, Finlandia, Francia, Guatemala, Honduras, Israel, Italia, México, Nicaragua, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, Rusia, San Martin, Suecia, Suiza, Taiwán, Trinidad y Tobago, Turquía, Ucrania, Venezuela, Vietnam y lógicamente República Dominicana con más de 10,000 seguidores.
Cómo no voy a agradecer a quienes le han dado el SÍ al Padre para pertenecer a la Comunidad de Miembros Colaboradores de nuestra Fundación, y apoyarme en esta enorme tarea de trabajar en la Empresa de Dios, a la cual estoy dedicado con exclusividad, trabajando las 24 horas del día, si no fuera por ustedes esta gran labor no podría seguir creciendo.
Víctor Martinez empezó con un jueguito de enviar mensajitos, no olvidaré dentro de las miles de personas a las cinco que me pidieron no enviarles mis mensajes, ellos encabezan la lista de mis oraciones, sé que algunos me han bloqueado, otros se han cansado, otros me han ignorado, pero no ha sido a mí, a quien han rechazado, ha sido al Espíritu Santo de Dios, sin embargo, aprendí a ser un fiel sembrador en la viña del Señor y tal como dice la Palabra, son muchas las semillas que mueren, pero otras dan buenos frutos.
Tú que me estás escuchando, estás a tiempo para unirte a nuestra comunidad, necesitamos más colaboradores, no necesariamente grandes colaboradores, he dicho siempre que una mínima cuota, no hacen más pobre a nadie, pero sí más rico cuando su aporte está destinado a las cosas de Dios, pues ÉL te los devolverá engrandecidos, además de todos los beneficios que tú recibes de nuestra fundación, para la formación y el crecimiento espiritual tuyo y de tu familia.
Casi diez años escribiendo todos los días, 3500 mensajes, miles de personas por el mundo entero, oídos que reciben con amor la Palabra de Dios, mentes que purifican sus pensamientos, corazones que dan entrada a la acción del Espíritu Santo cada mañana, cadenas de oraciones que en ocasiones hemos hecho, elevando las voces al Padre que siempre nos escucha, estamos lejos unos de otros, pero fuertemente unidos en el amor de Dios a través de nuestra labor, recuerdo en la pandemia nuestras cadenas de oración, nuestros retiros espirituales, nuestros mensajes especiales, nuestro apoyo y orientaciones, nuestros gestos de solidaridad con quienes perdían a sus seres queridos, con los hogares desesperados que perdían su paz.
Hemos estado dando la vuelta al mundo y llenando el planeta de buenas vibraciones, de energías de amor y demostrando que todos somos de Dios y tenemos un mismo Dios, sin importar filosofía, religión, credo, forma de pensar. ¡Viva Dios! ¡Viva el Espíritu Santo!
Derrama Padre tu amor y tu paz sobre todo aquel que me escucha llénalo de tu presencia, dale salud física, mental, emocional, espiritual y ábrele los caminos a la prosperidad. Amén.
Este mensaje ha llegado hoy hasta ti, como cortesía de este indigno siervo de Dios que te ama mucho y está siempre dispuesto a servirte.
Hasta la próxima.
