Todas las mujeres tienen su precio

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REFLEXIONES…

 

 

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

“Todas las mujeres tienen su precio”, fue esta una frase indignante que escuché una vez entre un grupo de hombres prepotentes, muy creídos y convencidos de que podían darse a la mujer que querían. Tuve una acalorada discusión que al final abandoné para no luchar contra la corriente.

“¿Cuál se resiste frente a una jeepeta del año, el último Cartier o un viaje a París, es más ante una suntuosa cena o un simple regalo con una dosis de bla, bla, bla?”, decía uno de los supuestos caballeros.

Sé que estamos viviendo en un mundo donde se ve de todo y hay de todo, y no tengo la menor duda de que muchas mujeres se venden por todas esas cosas materiales, pero siempre seré un defensor de las mujeres serias, íntegras, que enarbolan la bandera de la dignidad y el respeto.

Hace unos días en un grupo de WS de respetables damas, en el que se me ha dado participación como único caballero, se subió una encuesta titulada: ¿Qué necesitan las mujeres?, y se me ocurrió opinar:

“Pienso que las mujeres lo que necesitan son compañeros que las complementen de verdad, que las respeten, que le den mucho amor, que entiendan que ellas no son esclavas y que Dios las hizo para ser muy superiores a los hombres. El día que las mujeres dirijan los destinos de las naciones, otro mundo tendremos.”

Víctor Martinez piensa que cuando Dios creó este mundo y decidió dar vida a la mujer, la confeccionó con sentimientos muy nobles, muy puros, con una extraordinaria capacidad de soportar el dolor físico y emocional, les dio sabiduría divina, para que fueran las responsables de transformar el mundo con su amor esmerado que forjaría a todos los seres humanos que salieran de sus vientres benditos, convirtiéndolas en madres consagradas que lo ayudarían a construir un mundo mejor a través de la educación en valores de sus hijos.

Las mujeres, todas madres, algunas espirituales, son seres especiales que no deberían ser tocadas, agredidas, ni con el pétalo de una rosa, ellas no son objetos de comercialización, no son esclavas, ni están en el mundo para sufrir, Dios las ha creado para recordarnos que al igual que su Madre, son benditas, están llenas de Su Gracia y son las portadoras del amor.

Dios le reclamará fuertemente a todos los hombres que abusan, maltratan, manipulan, agreden física, mental o emocionalmente a las mujeres.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo que nos brinda nuestra hermana Matilde Morillo.

Hasta la próxima.