AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
En estos días una persona me envió un cuestionario de interesantes preguntas acerca de la Iglesia las cuales trataré de responder, en el espacio del viernes patrocinado por nuestro exalumno muy agradecido.
¿Debe la Iglesia cobrar dinero? Pienso que no, no debemos cobrar por los sacramentos ni los servicios ofrecidos a los feligreses, pero esto, si los feligreses fueran lo suficientemente conscientes como para diezmar todos los meses y sostener la casa de Dios.
Un templo, sin importar la religión es un lugar impecable donde debe primar la limpieza, organización, higiene, buena decoración, ambiente armonioso, con unos asientos cómodos, un equipo de sonido a través del cual las prédicas se escuchen con nitidez, el coro nos deleite por su impresionante sonido y la ventilación se preste para que los feligreses se sientan confortables.
Esto implica un personal de limpieza, mantenimiento, vigilancia, toda una nómina, un recibo de luz que más alto no puede ser, material de limpieza, sustitución de equipos que se deterioran con el tiempo, mantenimiento de los aires acondicionados o abanicos, en fin, todo lo que requiere un lugar donde miles de personas transitan permanentemente buscando las palabras de consuelo, el amor y las orientaciones de su Dios.
Las Iglesias ayudan a los más necesitados, tienen sus programas de acción social, cuando un feligrés se acerca al sacerdote o pastor en busca de un plato de comida, un medicamento o un determinado problema que se resuelve con dinero ahí está la ayuda.
Pero existe una comunidad de hermanas religiosas, ministros, diáconos, sacerdotes, pastores, que como ustedes supondrán son seres humanos que se tienen que alimentar, vestir, bañar, gastar en transporte para trasladarse a los hospitales, funerarias, cárceles, hogares, escuelas, y ¿Por qué no? Al cine, al parque, a la playa, a sus actividades personales.
Entonces aparece un ignorante cuestionando que por qué las iglesias cobran, queriendo decir que no cree por que es un negocio, agarrándose de tonterías para justificar su vida cómoda y no asumir sus compromisos ante Dios y su misión que Él le ha asignado aquí en la tierra.
Si usted no quiere que le cobren, diezme, ¿por qué no entregamos el 10% de nuestros ingresos a la manutención de la Casa de Dios? Es ese uno de los valores que hay que reconocer de nuestros hermanos separados, no se juegan con su diezmo y están conscientes de las necesidades de sus pastores.
El diezmo es una práctica basada en la ley del Antiguo Testamento. Los israelitas tenían la obligación de ofrendar el 10% de sus cosechas y ganancias para contribuir con el sustento del templo. El diezmo se usaba también para sostener a los levitas (sacerdotes) y para ayudar a los necesitados.
El Nuevo Testamento habla sobre la importancia de ofrendar con regularidad parte de los recursos que Dios nos provee. Por eso, cada cristiano debe decidir delante de Dios la cantidad que ofrendará o si dará el diezmo.
La iglesia debe usar las ofrendas y diezmos conforme a lo que dicen las Escrituras. Esto quiere decir que se usarán para la extensión del reino de Dios, para sostener a los que predican la Palabra y para aliviar las necesidades de los que atraviesan dificultades económicas.
Nos dice la 1 Corintios 9 “¿No saben que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.”
Víctor Martinez se ha pasado la vida sirviendo a la Iglesia, a Dios gracias sin necesitar vivir de ella, al contrario le he dado gran parte de lo mío a la Iglesia, quedándome sin nada, y recuérdenlo la Iglesia somos todos, hoy me toca continuar sirviendo a través de esta nueva misión a través de las redes, de predicar y difundir la Palabra de Dios y llevar mis servicios de apoyo emocional a la luz del Espíritu Santo, por el mundo entero, para lo que he requerido una mínima cuota de RD$100.00, US$2.00, y no se imaginan el trabajo que me ha dado concientizar a la gente de la importancia de apoyarme en esta nueva misión, pero no importa, continúo dando apoyo, orando, enviando mis Mensajes inspirados por el Espíritu Santo, con mucho amor, entrega y dedicación, pues me ha quedado demostrado que Dios siempre provee y que utiliza a muchos de sus hijos para apoyarme en esta nueva misión. Dichoso el que se deja utilizar por el Señor. Dios los bendiga.
Hasta la próxima.