Necesitamos la Comisión de la Verdad
El 4 de abril de 1975, en el segundo aniversario de herir mortalmente a la estudiante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Sagrario Ercira Díaz, por tropas policiales, los estudiantes del Liceo Juan Pablo Duarte se estaban movilizando en repudio a este impune asesinato.
Los agentes policiales estaban comandados por el coronel Virgilio Payano Rojas, quien recibe la orden de penetrar al local estudiantil por parte del interino jefe policial Rolando Martínez Fernández, quien era el subjefe y reemplazaba a Neit Nivar, quien se encontraba fuera del país.
Como viejo zorro, Payano le pidió que repitiera la orden diciendo que no la había escuchado, se la repitieron, y él la grabó.
Esto hizo que quien fuera amonestado, luego de la barbaridad cometida por los uniformados, fuera el jefe en funciones.
Entran a tiro limpio y bombazos y dando leña a todo el mundo
Al lado del cuarto de matemática, balean al estudiante Miguel Araujo, con dos disparos en los testículos, que le produjeron la muerte, además de los golpes que le propinaron.
Al profesor Mariano, de Álgebra, le arrancan con las manos parte de su barba.
A "Niño" Deñó lo bajaron inconsciente desde el segundo piso, arrastrándolo, sufriendo graves traumas en su cráneo.
Realmente fue una acción salvaje de la Policía y la justicia no actuó, ni nadie investigó
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia.
La Comisión de la Verdad… ¡Ya!