Relámpago Informativo DONDE LAS NOTICIAS LLEGAN PRIMERO
Por Augusto Álvarez
El enfrentamiento de dos naciones para dirimir un conflicto, es igual a dos boxeadores en un cuadrilátero, donde uno debe vencer.
En política podrían darse casos en que un presidente recule ante otro, igual y arguyendo razones ideológicas.
Justamente, JC Malone, quizás, mientras se movía en el condado de las salsas (el Bronx-Nueva York), brincó al observar el retrovisor de la historia, donde aviones cubanos sobrevolaban desafiantes el cielo de la patria, obligando al presidente Joaquín Balaguer a recular para que la sangre no corriera.
Probablemente, el gobernante dominicano pensó que no era el momento para que las armas hablaran, y no hablaron.
Existe la sospecha de que la decisión del presidente Luis Abinader de concentrar un fuerte brazo militar en la frontera común, busca, primeramente, frenar la huida de los líderes de bandas que operan en Haití, tal y como se ha estimado antes, cuando los criminales y saqueadores corrían a refugiarse en Dominicana.
Sin embargo, si varios jefes de bandas están protegido por la sombrilla del Tío Sam, ¿cómo evitar que entren?
Algunas misión secreta tendrán los militares en la frontera común, misión que Washington no compartirá, por ahora.
El gobierno nacional no pudo evitar que hombres y armas involucrados en el magnicidio del presidente Juvenal Moïse cruzaran la línea fronteriza. ¿Se investigó?
Ahora, tras la decisión de la ONU de enviar una fuerza multinacional pacificador a Haití, ¿regresarán los militares a sus puntos de partidas, o en cambio, permanecerán con alguna misión en la zona fronteriza?
