AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Anunciar, predicar la Palabra de Dios tiene un gran peso, por la responsabilidad que conlleva el discernir bien la voluntad de Dios.
Esto podemos verlo en la liturgia de la Iglesia Católica de hoy que comienza presentándonos la confesión de Jeremías ante el peso de anunciar la Palabra de Dios. Con una sinceridad estremecedora, Jeremías hace una confesión sobre su tarea de profeta: la Palabra que anuncia se ha vuelto para él una cruz muy pesada.
Del mismo modo Pablo nos pide que sepamos discernir bien la voluntad de Dios, y Jesús nos advierte que para seguirle hay que tomar su cruz y no tener miedo a nada.
Tomar su cruz implica que quien se dedica a predicar Su Palabra tiene que estar preparado para enfrentar sin miedo, todos los contratiempos, tentaciones, precariedades, que esta misión conlleva. De aquí que la Gracia de Dios vale más que la vida, pues el alma esta siempre sedienta de Dios como nos dice el salmo 62.
Si el domingo pasado Jesús alababa a Pedro y le veía como una roca sobre la que construyó su Iglesia, hoy Pedro (Mateo 16), es objeto de reprensión, porque se convierte en una piedra de tropiezo para Jesús, cuando empezó a increparlo, Jesús le dice: “Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios”, es entonces cuando Jesús les dice a todos que, si quieren ser sus discípulos, deben tomar su cruz y seguirle.
Víctor Martinez piensa que quienes nos dedicamos a predicar la Palabra de Dios debemos aprender a discernir, asumiendo con responsabilidad y mucha oración este gran reto, sin importar todas las pruebas por las que tengamos que pasar para poder seguir a Jesús.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes, gracias a la Fundación Farach.
Hasta la próxima.