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Se ha confirmado que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se encuentra en una zona de Ucrania, para evitar que la principal central nuclear de Europa, así como la tercera a nivel mundial, caiga en poder de Rusia.
Y pese a los millones que se gastan Estados Unidos y la Unión Europea en apoyar a Ucrania, esta nación es un barril sin fondos, una especie de tiburón insaciable siempre ávido de sangre.
Las constantes pérdidas de Ucrania, han forzado la intervención de la OTAN (léase, Estados Unidos) en el conflicto, tras perder Soledar.
Quizás la central nuclear de Zaporozhye, en Ucrania, y el peligro de que esté dentro de la estrategia rusa poseerá, haya sino la idea que primó en la OTAN, más al conocer que el presidente Volodimir Zelenski expulsó a su principal asesor, acusado de alta traición.
La decisión de la OTAN de estar presente en el conflicto ruso-ucraniano, imprime a la guerra un mayor interés, pues deja ver la ropa interior de los reales sostenedores de la misma.
Central nuclear de Zaporozhye
