Relámpago Informativo DONDE LAS NOTICIAS LLEGAN PRIMERO
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Me contaba uno de los jóvenes que en los inicios de la famosa pandemia, en la que todo se paralizó y se cerraron hasta las iglesias, se le presentó la necesidad de confesar con el sacerdote:
Aló padre, ¿cómo está?, le habla Pedro, necesito confesarme urgentemente, ¿a que hora puedo ir por allá?
Hola Pedro, tenemos un problema, con esto de la pandemia estamos aislados y no estamos recibiendo a nadie.
Pero padre, es que estoy muy necesitado, me urge confesar con usted, ¿podría hacerlo entonces por teléfono?
No hijo, no es posible, para recibir el sacramento debes estar presente, y ahora no es posible.
Entonces, padre, si me muero, ¿qué me vaya al infierno?
Bueno hijo, apela a la misericordia de Dios, vete a tu habitación y conversa con Él, si estás verdaderamente arrepentido, te aseguro que Él te perdonará, tranquilízate y trata de participar de la Misa por televisión.
Bueno padre de ser así, entonces, permítame pedirle solo un consejo. (Le conté lo que me había sucedido, me sentí escuchado, me aconsejó, he hizo una oración por mí, me fui a mi habitación, hablé directamente con el Señor, escuché la Misa por TV, y hasta el día de hoy así he mantenido el ejercicio de mi fe).
¿Estoy haciendo bien?, pues mi madre me dice que ya no debo hacerlo así, pues ya no hay pandemia.”
Pedro, Víctor Martínez te dice que tu madre tiene razón, tenemos que congregarnos en la Iglesia y recibir los sacramentos, el principal lo estas perdiendo que es el de la Eucaristía, el que te fortalece y te alimenta espiritualmente, no lo queremos nosotros, así lo quiso el Señor.
Además, no puedes vivir una fe egoísta, encerrado en ti mismo, el Padre espera que lo ayudes en la salvación del mundo, asistiendo a los hermanos, ayudando al prójimo. Sal de esa zona de confort y ven en busca de una espiritualidad auténtica y activa.
Hasta la próxima.
