Esa populosa vía está llena de hoyos, basura y sus aceras son ocupadas por comerciantes y buhoneros
Por Augusto Álvarez
Transitar por la Carretera de Mendoza, desde la Mella hasta el sector Invivienda, en Santo Domingo Este, es algo infernal, un caos total.
Hoyos, basura, aguas negras, ocupación de aceras, congestionamiento de vehículos, es el escenario que se observa en esta popular vía.
En 2 años de gestión como alcalde, Manuel Jiménez está perdiendo la batalla, y como ocurre en la mayoría de las vías de Santo Domingo Este, no ha hecho nada por resolver el desorden vial.
De extender su horario de trabajo y caminar por las calles de su ciudad, Manuel Jiménez podrá entender el por qué las quejas constantes y sonantes de los munícipes, no cesan.
De caminar por la Carretera de Mendoza, ¿con qué chocará la vista del ejecutivo municipal?
La respuesta es simple, fácil de responder: Con basura, aguas negras, hoyos, que cuando llueve se convierten en una pesadilla para los vehículos de conductores que transitan por esa vía, ¡en fin!, observará un caos total.
Los vertederos improvisados dan la impresión de que hasta esa vía, los inspectores del ASDE no llegan, pues florecen por todas partes.
Si en materia de mantener limpia la ciudad, el fracaso refleja la incapacidad del alcalde Manuel Jiménez, veamos la obstrucción de las aceras por comerciantes, mecánicos y otras personas, en cierto modo, forman parte del desorden y el caos en la Carretera de Mendoza.
Dealers y aceras
La exhibición de vehículos en las aceras, tal y como ocurre en importantes vías de SDE, es algo común en la Carrera de Mendoza.
La vía pública es el lugar favorito para que algunos dealers exhiban sus vehículos. Esto, desde luego, obliga a los peatones a tirarse al medio de la calle, arriesgando su vida.
Algunos ciudadanos se preguntan: ¿Existirá un acuerdo secreto entre los ejecutivos de dealers y funcionarios municipales? Esto, simplemente, porque desde el ASDE parecen ignorar la ocupación de vías y aceras.
En la campaña electoral, Manuel Jiménez prometió villas y castillas a los habitantes de la Carretera de Mendoza y sus alrededores.
Pero, al llegar a la Alcaldía de SDE, Manuel Jiménez olvidó sus promesas.
En su afán por silenciar a las personas que se quejan de la exhibición de vehículos y otros negocios sobre las aceras, el cantautor Manuel Jiménez cantó como un gallo de calidad, a través de los medios de comunicación, amenazando con enfrentar a quienes se han adueñado ilegalmente de espacios públicos.
Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho, la realidad ha sido otra, Manuel Jiménez cantó como un gallo y cacarea una gallina.
Aguas negras
Los charcos de aguas negras, hediondos, están al doblar de algunas esquinas en la Carretera de Mendoza.
Esta vía, muy transitada, pero olvidada por el ASDE, merece más atención. Está huérfana.
Además del cabildo de Santo Domingo Este, otros organismos de control del tránsito, parecen desconocer la existencia del caos en que está sumida la vieja Carretera de Mendoza.
Hoyos ciegos
Algunos conductores se quejaron, además, de los hoyos “ciegos” en la vía, asegurando que se han convertido en un peligro público para los conductores de vehículos, lo que se agrava aún más en tiempos de lluvia.
Dijeron esperar que el cantautor Manuel Jiménez abandone sus exposiciones en los medios de comunicación, donde todo pinta color de rosa, brillante, espectacular y fenomenal, y asuma la realidad, poniendo fin al caótico panorama que presenta la Carretera de Mendoza, abandonada por su gestión y convertida en un desorden total.
La gente se queja de Migración
Algunos ciudadanos que pululan frecuentemente por la Carretera de Mendoza y que residen en los de Villa Faro y Mendoza, principalmente, además de sus quejas por el abandono de esa vía, dicen estar preocupados por la presencia masiva de haitianos ilegales en la zona.
Los haitianos ilegales, aseguran, dominan los negocios ambulantes y también se han adueñado de pedazos de aceras, obligando a peatones a caminar por las calles.
Igualmente, hay quejas de que el desorden vial es mayor, pues la mayoría de los vehículos del transporte de pasajeros (carros), son conducidos por ciudadanos haitianos.