Por Augusto Alvarez
SANTO DOMINGO, R.D.
La vacuna para evitar el contagio del COVID-19 tiene que incluir a los privados de la libertad.
Las autoridades sanitarias, si no incluyen a la población carcelaria, nada estarían haciendo, pues ¿recibirán la dosis a la salida de prisión?
Si una persona es vacunada, y luego visita en la cárcel a un familiar que no lo está, y agréguese la puesta en libertad del recluso, quizás contagiado, entonces el Estado será responsable.
Sabemos que en algunas naciones, los privados de la libertad, así como gentes de armas, tienen derecho al voto.
En La Victoria, en San Pedro de Macorís, en Anamuya, Higüey, y Najayo, San Cristóbal, entre otros centros carcelarios, las propias autoridades han encontrado cientos de internos con el letal virus.
Si la vacuna contra el coronavirus no incluye a los que están en prisión, ¿dónde irán éstos al obtener la libertad?
Entre los aproximadamente 12 millones de dominicanos, ¿se incluye la población carcelaria?
Además, y con aquellos prisioneros de otra nacionalidad, encerrados en cárceles dominicanas, ¿qué hacer? Ni el orgullo, ni el patriotismo, en el caso de establecer la regla del juego, no se contagian evitando vacunar a alguno u otro extranjero (léase haitiano).