¡Oh, Perú ! Ay mamá, guela, qué trompo está enrollado, lo reguilan y lo tiran, pero nunca cae parado.
Esa es, sin duda, la fotografía mas reciente y sin maquillaje, de un Perú que ha establecido un récord, como lo es de tener tres presidentes en una misma semana.
El primero en esa semana de desalojo de presidentes en Perú, fue Martín Vizcarra, quien fue apeado de la silla ejecutiva y sustituido por Manuel Merino, que a su vez corrió la maldición Fujimori, y ahora, es otro más.
Mientras, del almacén de presidenciales, el Congreso sacó a Francisco Sagasti, bateador designado para la presidencia provisional de la nación.
La primera palabra que está supuesta a aprender un legislador en el Perú, y hasta arrastrarla como un currículum, es impoluto, si la olvidó, en cualquier momento, ese, su Congreso, hurgara’ en su hoja de vida.
Gracias, en gran medida, a la no existencia en Perú, a un Congreso que no es un sello gomigrafo, cuando estalló el escándalo de la corrupción de Odebrecht, nadie se atrevería a cuestionar al régimen limeño.