Por Augusto Álvarez
En el Hospital Francisco Moscoso Puello, la suerte de los pacientes depende de un oxígeno, y al fallar, se acabó la existencia.
El ritmo de letalidad en el Hospital Moscoso Puello oscila de 5 a 9 cada 24 horas, únicamente por coronavirus, aunque la falta de transparencia para la cifra letal, impide la precisión.
Depositar un paciente en el referido centro asistencial, no es garantía de encontrarlo en ninguna de las salas, pues hasta pueden alegar que él mismo se dio el alta.
Varias salas del Moscoso Puello se han habilitado para pacientes de coronavirus, sin embargo, está al borde y muchos pacientes esperan turnos en sillas hasta que aparezca una cama, es decir, esperando que alguien muera.
Desde la entrada al referido centro, en sus pasillos, aflora el peligro de contagiarse del virus, dado el irrespeto al distanciamiento y el protocolo sanitario.
El drama de una señora que, en la redes, denunció que por falta de oxígeno dejaron morir a su esposo, se produce con frecuencia, en especial, cuando se carece de apellidos.