Al entrar a un centro de estudios superiores, no te reclaman ser de izquierda o derecha, de una religión u otra, ser honrado o corrupto, esa será tu decisión.
Única y formalmente, la academia tiene como tarea principal, proporcionarte un método de investigación.
No importa el colegio que decidiste o eligieron para estudiar, si no enfatiza en el aprendizaje, siempre la mediocridad estará presente en lo que hagas.
Por ejemplo, si te orienta por el ejercicio del periodismo, entonces cuestionar siempre, preguntar todo lo que pueda interesar lo que la gente quiera saber, llegando, incluso más allá de lo que el sujeto desee decir.
Si manejamos con destrezas las herramientas que nos proporciona el estudio, agregándole la búsqueda incansable que nos conduzca a un producto acabado, vamos bien.
Claro, antes o después de egresar de una academia de estudios superiores, ahí pregúntate si desea ser uno más o seguir investigando aquellas herramientas que harán de ti un profesional de avanzada.
Un profesional corrupto, como suelen andar por esas calles, al ser camaleónico, siempre tienen la puerta de la inmoralidad abierta, pues venden sus servicios al mejor pagador.
Fracciones de segundos antes de ser ejecutado, un verdadero comunicador sentenció que el periodista verdadero se yergue o sucumbe envuelto en su oficio. Más claro ni el agua.
Naturalmente, y aunque hay excepciones, cuando se es un profesional honesto, se podría terminar como algunos artistas clásicos, envueltos en la miseria.