Manuel Rivas confía en la justicia morada
Augusto Álvarez
La historia no acostumbra fallar, aunque en ocasiones sus protagonistas, envueltos en sus quehaceres, no comprendan su dinámica.
Y como evidencia, ahí está la acusación contra el corrupto ex director de la OMSA y potencial implicado en el asesinato del catedrático Junior Ramírez Ferreras.
Las coincidencias en los esfuerzos para hacer desaparecer los cuerpos descuartizados de Emely Peguero y el profesor Ramírez Ferreras, lucen haber sido elaborados en la misma fábrica de muertes.
Quienes entiendan que el dirigente del danilismo en la zona oeste de santo Domingo se salió con la suya, la verdad es que Manuel Rivas, siempre fiel a la justicia morada, confío en su presidente.
Al igual aconteció aquel 27 de agosto, cuando fue encontrado el cuerpo descuartizado de Emely Peguero, también la madre del asesino, que financió su desaparición, confío en el veredicto final de una justicia diseñada para la impunidad.
Marlin Martínez, a la hora de ocurrir el asesinato de Emely, era subdirectora de Pasaportes e incluyente dirigente del oficialista PRD.
Esfuerzos para encubrir crímenes bochornosos, ordenados por figuras del gobierno, resulta comprensible de entender a la luz de la ¡justicia morada!
Pero al igual ocurrió para desaparecer y descuartizar a Emely Peguero, también se procedió para hacer trizas del catedrático Junior Ramirez ¿de dónde salieron los fondos para las ejecuciones? Al no tratarse de nada personal, se pensaría que el Estado fue quien erogó los recursos.
Aunque el Ministerio Público refiere que Argenis Contreras figura como brazo ejecutor de Junior Ramírez, ¿se trabaja con la Interpol para traerlo y correr el riesgo de que cante hasta la lotería?