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“Ayúdame a salvar una vida”
Hola amigos, ¿qué tal? El evangelio de san Lucas de hoy nos narra aquel pasaje en el que describe las tentaciones que padeció Jesús durante 40 días en el desierto y cómo el mismo demonio frente al hambre le ofrecía pan, le ofreció poder, y lo desafiaba para que hiciera cosas que demostraran su grandeza como hijo de Dios.
Jesús estaba lleno del Espíritu Santo, ayunaba convencido de que “no sólo de pan vive el hombre,” no se arrodilló ante el recalcándole que solo se debe adorar y dar culto al Señor, y por último lo venció al recordarle que “no podemos tentar al Señor nuestro Dios.”
Es la gran lucha del cristiano, vencer las tentaciones que a diario se nos presentan y no vender nuestra dignidad, nuestra integridad, cambiando la felicidad por amargura, al traicionar a un Dios que nos traza muy claramente y con rectitud los preceptos que debemos cumplir para ser santos.
Serle infiel a tu pareja, robar lo que no te pertenece, hacerte rico de manera ilícita, traficar o consumir, traicionar, calumniar, juzgar, chismear, envidiar, desatender a tus hijos o a tus padres, no orar, ni asistir a la Iglesia, no compartir con los más necesitados, ser sexualmente promiscuo, son solo algunos de los pecados que cometemos tras las tentaciones.
Víctor Martínez te recuerda que, aunque sea el demonio el que te lleve a cometer actos indignos con sus tentaciones, el único responsable de sus actos eres tu mismo, por no llevarte de lo que Dios manda.
Revísate.
Hasta la próxima.
